Es difícil que duerma en cualquier ciudad, si me faltan sus manos.
Aunque tuviera en cuenta lo previsto, no soñaré.
¿Qué me importa a mi cuántos de los nombres
mueren desconocidos si me faltan
sus labios como rosas, que me muerden?
Aunque tuviera en cuenta lo previsto, no soñaré.
¿Qué me importa a mi cuántos de los nombres
mueren desconocidos si me faltan
sus labios como rosas, que me muerden?
No duermo y en el satén de la noche bato y en la brisa.
La tatué en mi piel y la escudriño.
Cuando te busco amor, te desvaneces.
La tatué en mi piel y la escudriño.
Cuando te busco amor, te desvaneces.
¡Qué más da si persiste este insomnio
y en tanto a mí me falta a cada aroma!
y en tanto a mí me falta a cada aroma!
Para dormir preciso de la rosa
de ese jardín que Dios siempre estercola
con cuerpos no estadísticos, de entrañas.
de ese jardín que Dios siempre estercola
con cuerpos no estadísticos, de entrañas.
Y no la obtengo y callo y quizá olvido.
Quizá sí. En la mitad clara, la luna.